Pese a la narrativa oficial emitida desde Washington, las primeras evaluaciones de inteligencia revelan que el ataque conjunto de Israel y Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes no logró su objetivo principal: desmantelar de forma significativa el programa atómico de Teherán.

De acuerdo a múltiples fuentes, Irán actuó con anticipación y astucia. Ante la intensificación de los bombardeos israelíes y antes de la intervención directa de bombarderos estadounidenses, Teherán habría implementado medidas urgentes para ocultar, proteger o incluso trasladar buena parte de sus reservas más sensibles de uranio enriquecido, estimadas en torno a 400 kilogramos. Los componentes críticos del programa parecen haber sobrevivido intactos
Pese a que Irán sostiene desde hace años que su programa nuclear tiene fines pacíficos, las dudas se han multiplicado, sobre todo tras el último ataque. Según The New York Times, la ofensiva estadounidense apenas habría logrado retrasar unos meses los avances técnicos del régimen islámico. Las bombas no lograron penetrar las instalaciones subterráneas clave, ni colapsar su estructura.
Un informe exclusivo de CNN, basado en una evaluación filtrada de la Agencia de Inteligencia de Defensa (DIA) —dependiente del Pentágono— confirma estas sospechas. El estudio, que no había sido revelado públicamente, se construyó a partir del análisis de daños realizado por el Comando Central de EE.UU. tras los ataques. Aunque el informe está en fase preliminar, sus primeras conclusiones contradicen directamente las declaraciones del expresidente Donald Trump, quien aseguró que las instalaciones iraníes habían sido “totalmente destruidas”. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, también sostuvo que las ambiciones nucleares de Irán “fueron eliminadas”.
Sin embargo, los hallazgos dicen otra cosa. Un funcionario del Departamento de Defensa, bajo condición de anonimato, reveló que las centrifugadoras clave del programa siguen prácticamente operativas. “La evaluación actual es que, en el mejor de los casos, Estados Unidos solo logró postergar el programa unos pocos meses”, afirmó la fuente.

La Casa Blanca admitió la existencia del informe de la DIA, pero expresó su desacuerdo con sus conclusiones. Este episodio ha vuelto a exponer una brecha ya familiar: el desacople entre el discurso político de la administración y las evaluaciones técnicas de la comunidad de inteligencia, en una escena que remite inevitablemente al precedente de Irak en 2003.
Más allá del balance militar, el golpe estratégico podría ser contraproducente. Desde la perspectiva de altos mandos occidentales —e israelíes—, si antes Irán no se había decidido a fabricar una bomba, ahora tiene más razones que nunca para hacerlo. Ante el ataque directo, las facciones más radicales del régimen podrían interpretar que su supervivencia depende de una disuasión creíble.
Teherán, argumentan algunos analistas, enfrenta una disyuntiva crítica. El primer camino sería seguir el ejemplo de Libia: desmantelar sus capacidades estratégicas a cambio de promesas que luego podrían volverse papel mojado. El segundo: optar por el modelo de Corea del Norte y blindarse con una amenaza nuclear como única garantía contra intervenciones externas.
En este contexto, cualquier intento de negociación con Estados Unidos —tras días de bombardeo ininterrumpido— podría interpretarse dentro del régimen iraní como una capitulación disfrazada. Aunque Washington evita hablar explícitamente de un cambio de régimen, voces influyentes en la dirigencia israelí, incluido el propio Netanyahu, no ocultan ese objetivo final.
Irán parece haber tomado nota. La decisión de avanzar hacia una capacidad nuclear disuasiva parece más cercana que nunca. Y en Israel, el temor no es menor: los servicios de inteligencia temen que la próxima etapa ya no consista en evitar la proliferación, sino en lidiar con el riesgo de una bomba sucia en pleno corazón de Tel Aviv.

En muchos sentidos, el ataque liderado por Trump —sin consulta al Congreso, y enmarcado en su estilo característico— ha profundizado el conflicto en lugar de resolverlo. El alto el fuego actual, celebrado por la Casa Blanca como una victoria diplomática, podría ser solo una tregua efímera. Una pausa antes de una tormenta aún más devastadora.
Nota de la Redacción
El ex Vicepresidente argentino Carlos Ruckauf señala que el Uranio enriquecido se encuentra en Moscú con antelación al ataque estadounidense. ¿Algo para tener en cuenta?
Santiago de Chile, 24 de junio 2025, 20.23 hora local