TAIWAN: la tensión que reconfigura la relación entre China y Japón

Rivalidad Estratégica, Interdependencia Económica y el Riesgo del Frente de Taiwán

La relación entre China y Japón vive en 2025 uno de sus momentos más delicados desde el fin de la Guerra Fría. Es una relación marcada por una profunda interdependencia económica, pero crecientemente empañada por una rivalidad geopolítica en ascenso, cuyo epicentro ya no es sólo el Mar de China Oriental, sino también Taiwán, la bisagra geoestratégica que condiciona el futuro del Indo-Pacífico.

Por primera vez en décadas, Tokio y Pekín se observan mutuamente no solo como rivales estratégicos, sino como actores capaces de arrastrarse a un conflicto mayor en el Indo-Pacífico. Y todo comienza en la misma isla: Taiwán.


Taiwán: el punto donde se cruzan los temores de Tokio y las ambiciones de Pekín

La declaración de la primera ministra japonesa, Sanae Takaichi, cayó como una bomba diplomática en Asia: un ataque chino a Taiwán —dijo— podría constituir una “amenaza existencial” para Japón. En otras palabras, Tokio ya no descarta involucrarse militarmente si el estrecho estalla.

El mensaje no pasó inadvertido en Pekín.
En cuestión de horas, China llamó al embajador japonés, denunció la “interferencia” y reforzó patrullas navales y aéreas en el Mar de China Oriental. Lo que era una disputa histórica se convirtió en un pulso directo por la arquitectura de seguridad en Asia.

Para Japón, la caída de Taiwán alteraría rutas comerciales vitales, pondría a la armada china a pocos kilómetros de Okinawa y rompería el equilibrio militar regional. Para China, la sola idea de que Tokio participe en la defensa de la isla representa una nueva frontera para la influencia estadounidense en la región.

Taiwán ya no es un tema bilateral entre Taipéi y Pekín: es un tablero donde Japón siente que también se juega su futuro.


Senkaku: la tensión cotidiana que nunca baja

Mientras la crisis política gira en torno a Taiwán, el roce diario ocurre cientos de kilómetros al norte, en el archipiélago deshabitado de las Senkaku. Allí, la Guardia Costera china mantiene una presión constante que Tokio describe como “la más agresiva en décadas”.

En 2024 y 2025, los buques chinos han entrado repetidamente a lo que Japón considera sus aguas territoriales. En ocasiones, lo hacen por días, a veces rodeando embarcaciones pesqueras japonesas, siempre bajo el argumento de “preservar la soberanía” de China.

Tokio ha respondido desplegando más barcos, más equipamiento y bases reforzadas en las islas del sur. En el Ministerio de Defensa japonés reconocen que el riesgo de un choque accidental crece cada mes. Una colisión o un mal cálculo podría encender una chispa de dimensiones imprevisibles.


Las armas de la geopolítica moderna: economía, tecnología, disuasión

A pesar de la presión militar, China y Japón mantienen una de las relaciones económicas más profundas de Asia. Empresas japonesas dependen de fábricas chinas, y millones de productos chinos llenan diariamente el mercado japonés.

En marzo de 2025, ambos gobiernos celebraron en Pekín el Sexto Diálogo Económico de Alto Nivel, donde se comprometieron a fortalecer cadenas de suministro, impulsar energía verde y explorar nuevas áreas de cooperación tecnológica. Pero detrás de los comunicados diplomáticos, ambos saben que la desconfianza estratégica se impone cada vez más sobre las sinergias económicas.

En Tokio se habla de “autonomía tecnológica”, “diversificación de proveedores” y “reducción de vulnerabilidades”. En Pekín, del objetivo de depender menos de componentes extranjeros en sectores clave, especialmente semiconductores, inteligencia artificial y energía avanzada.

La interdependencia sigue ahí, pero ya no es garantía de estabilidad.


Una carrera armamentista silenciosa pero imparable

La modernización militar china —la más acelerada del mundo— es observada con inquietud por Tokio. Más fragatas, más submarinos, más misiles de largo alcance y más aviones rondan la órbita japonesa.

Japón, por su parte, ha roto tabúes.
Aumenta su presupuesto de defensa, compra misiles que pueden alcanzar territorio enemigo y fortalece alianzas con Estados Unidos, Australia, Filipinas e India. La diplomacia tradicional japonesa cede ante una lógica mucho más pragmática: prepararse para un entorno donde China no solo es un socio económico, sino un rival estratégico directo.


El delicado equilibrio entre cooperación y confrontación

Oficialmente, Pekín y Tokio hablan de “gestionar diferencias” y “profundizar la cooperación”. En la práctica, conviven en una relación de desconfianza contenida:

  • compiten por influencia en Taiwán,
  • chocan en las Senkaku,
  • se vigilan en el plano militar,
  • y, al mismo tiempo, necesitan mantener abiertas sus arterias comerciales.

Es una relación donde ambos países no pueden romper, pero tampoco pueden confiar plenamente.


¿Hacia dónde va la relación? Entre la prudencia y el borde del abismo

Los analistas coinciden en que la próxima década estará marcada por una coexistencia tensa, con picos de fricción y momentos de distensión calculada. Los escenarios van desde una rivalidad manejada hasta una crisis mayor si ocurre un error de cálculo en el estrecho de Taiwán o en las Senkaku.

Lo único claro es que el vínculo entre ambos definirá gran parte del futuro del Indo-Pacífico.
Y en ese tablero—más que en cualquier otro—Taiwán es la pieza que puede cambiarlo todo.

SANTIAGO DE CHILE , NOVIEMBRE 2025

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