El general de división Pedro Varela se perfila como el principal candidato para asumir el mando del Ejército de Chile a partir de marzo de 2026, cuando el actual comandante en jefe, Javier Iturriaga, deje el cargo. La decisión, que recaerá en el Presidente Gabriel Boric, se concretará en los próximos días junto con la publicación del nuevo Alto Mando institucional, el último pendiente tras la renovación de las demás ramas de las Fuerzas Armadas y de Orden.

Fuentes de gobierno y de la institución aseguran que Varela cuenta con el respaldo del Ejecutivo, una ventaja que lo posiciona por sobre los generales Rodrigo Pino, jefe del Estado Mayor General, y Cristián Guedelhoefer, comandante de Educación y Doctrina. Si Boric se inclina por Varela, ambos oficiales quedarían fuera del servicio activo, sellando así un recambio profundo en la línea de mando del Ejército.
Un perfil operativo y con ascendencia interna
Ingresó a la Escuela Militar en 1986 y se graduó como alférez en caballería blindada tres años después. Desde entonces, Varela ha desarrollado una carrera marcada por su perfil operativo y su paso por las áreas más sensibles de la institución: fue comandante del Regimiento de Inteligencia Llaitún, director de Inteligencia del Ejército y jefe de la misión militar en Estados Unidos. En 2022 asumió el Comando Conjunto Norte, y actualmente ocupa el cargo de comandante de Operaciones Terrestres, donde coordina la capacidad de despliegue de las fuerzas en el país.

Con especializaciones en Estado Mayor, comandos, paracaidismo e inteligencia militar, ha combinado experiencia en terreno con roles académicos en la Academia Militar, lo que le ha granjeado buena reputación dentro de los cuadros medios del Ejército.
El episodio que marcó su exposición pública
Varela ganó visibilidad al enfrentar con firmeza el caso de narcotráfico que involucró a funcionarios del Ejército en el norte. Fue él quien informó públicamente los hechos y calificó el episodio como “una falta gravísima a los valores de la carrera militar”.
Luego se desplazó a la zona para supervisar personalmente la situación y se reunió con la ministra de Defensa, Adriana Delpiano, en un gesto que reforzó su imagen de mando y su sintonía con el Ejecutivo.
Una elección con lectura política y estratégica

En La Moneda valoran su capacidad de gestión y su alineamiento con la doctrina institucional que impulsa Iturriaga, centrada en la modernización, la transparencia y la cooperación interagencial. Su perfil técnico, sin vínculos visibles con los sectores más conservadores del Ejército, lo convierte en un candidato que podría dar continuidad sin fricciones al proceso de adaptación de la institución a las nuevas directrices civiles.
De confirmarse su nombramiento, Pedro Varela sería el rostro del relevo generacional en el Ejército chileno, un oficial que combina la ortodoxia castrense con una comprensión más política del rol militar en tiempos de cambio. Su eventual gestión deberá enfrentar un complejo escenario regional marcado por el rearme de países vecinos y las crecientes brechas tecnológicas y presupuestarias que hoy afectan a las Fuerzas Armadas chilenas. Mantener la operatividad y disuasión del Ejército con recursos limitados será uno de los mayores desafíos de su mando.
Santiago de Chile noviembre 2025
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