Gripen para Perú, dudas en Chile

Mientras cada día se hace más patente la necesidad de enfrentar la creciente obsolescencia de varias plataformas de las fuerzas armadas chilenas como por ejemplo el reemplazo de los submarinos U-209 y los cazas F-5E. Al parecer el Perú ha decidido comprar 24 aviones Gripen de generación 4.5 de fabricación sueco-brasileñas , si nos ceñimos a las publicaciones del medio limeño «Perú21».

En medio de un escenario regional cada vez más marcado por la competencia estratégica y la modernización militar, la obsolescencia de varias plataformas críticas de las Fuerzas Armadas chilenas comienza a generar creciente preocupación. A pesar de que expertos y mandos militares llevan años advirtiendo sobre la necesidad urgente de renovación de sistemas como los submarinos tipo U-209 y los cazas F-5E Tiger III, la inacción política y presupuestaria parece haberse instalado como norma. Mientras tanto, el Perú da señales claras de avanzar en dirección opuesta.

Según reportes del medio limeño Perú21, el gobierno peruano habría tomado la decisión de adquirir 24 aviones de combate Saab Gripen E/F —modelo considerado de generación 4.5— en un acuerdo que involucraría tanto a Suecia como a Brasil, este último país coproductor del sistema. Si se concreta, se trataría de un salto cualitativo significativo para la Fuerza Aérea del Perú (FAP), que busca reemplazar a sus ya veteranos Mirage 2000 y MiG-29, y posicionarse como una de las fuerzas aéreas más modernas del Cono Sur.

Una brecha que se agranda

La diferencia de ritmo entre ambos países resulta cada vez más evidente. Mientras el Perú evalúa y ejecuta adquisiciones estratégicas, Chile permanece en una suerte de “parálisis operativa” en lo que respecta a la renovación de medios mayores. El caso de los submarinos U-209 —que datan de los años 80— es sintomático: pese a su mantenimiento regular, los buques clase Thomson presentan una fatiga estructural progresiva, y su capacidad de disuasión es cada día más limitada frente a nuevos desarrollos tecnológicos.

En el aire, la situación no es menos delicada. Los F-5E, adquiridos originalmente en los años 70 y luego modernizados en la década de 1990, están hoy completamente fuera del estándar actual de combate. Si bien Chile mantiene una flota de F-16 de origen estadounidense y holandés, la falta de un plan claro de reemplazo para los Tiger III, sumado al envejecimiento natural de las plataformas en servicio, podría poner en entredicho la capacidad de cobertura aérea simultánea en dos o más teatros de operaciones.

El Gripen: una apuesta sudamericana de nueva generación

El Gripen E/F —que Perú buscaría adquirir— representa un modelo intermedio entre los cazas de cuarta generación y los más avanzados de quinta, como el F-35. Destaca por su versatilidad, bajo costo operacional y capacidad de operar en red, integrando sensores y armamento moderno. Además, su proceso de producción ha sido regionalizado gracias a la participación de Embraer en Brasil, lo que ha facilitado tanto la transferencia tecnológica como los procesos de ensamblaje local.

Para Perú, esta adquisición no solo reforzaría su poder aéreo, sino que también proyectaría una imagen de autonomía estratégica creciente, especialmente en un contexto geopolítico marcado por disputas comerciales, tensiones limítrofes latentes y reacomodos globales.

Chile: decisiones postergadas, riesgos acumulados

En contraste, el estancamiento chileno parece estar más vinculado a una combinación de factores políticos, financieros y burocráticos. Las restricciones fiscales, sumadas a un bajo consenso político sobre el rol de la defensa nacional en la estrategia-país, han postergado una serie de decisiones fundamentales. La política de adquisiciones se ha visto entrampada en discusiones sobre transparencia y prioridades sociales, lo que ha restado dinamismo a la modernización militar.

A nivel técnico, las Fuerzas Armadas han elaborado diversos estudios y propuestas de reemplazo tanto para la flota submarina como para los cazas más antiguos. Sin embargo, sin voluntad política, esos informes siguen acumulando polvo en los escritorios ministeriales.

¿Cambio de ciclo?

Los próximos meses serán claves para observar si la clase política chilena logra articular una visión estratégica coherente que supere la inercia actual. La experiencia internacional indica que las decisiones de defensa, cuando se postergan demasiado, no solo incrementan los costos futuros sino que reducen peligrosamente la capacidad de respuesta ante escenarios de crisis o conflicto.

Perú parece haberlo entendido. Chile, por ahora, sigue esperando.

Santiago de Chile 7 de julio 2025

About admin

Check Also

MIENTRAS LA FACH Y LA MONEDA PELEAN,LOS NARCOS CAMPEAN

Por primera vez en años, un comandante en jefe de las Fuerzas Armadas ha puesto …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *