Yagán: el dron naval chileno que marca el inicio de una nueva era

SANTIAGO DE CHILE, DICIEMBRE DEL 25

Chile está entrando a la era de los océanos inteligentes. Y el protagonista inesperado de este salto tecnológico no es un buque futurista ni un submarino silencioso, sino un bote de goma sin tripulación que ya está dando que hablar: el Yagán, el primer vehículo de superficie no tripulado desarrollado por la Armada con sello completamente nacional.

Su demostración en Drones para Chile 2025 dejó a más de uno boquiabierto: navegó más de 110 kilómetros —desde Renca hasta Valparaíso— controlado a distancia a través de un enlace seguro por internet. Sí, un bote chileno navegando solo, en tiempo real, desde el corazón de Santiago hasta el océano.

La palabra más repetida entre los asistentes fue simple: “funcionó”.

Tecnología chilena que se planta en el mapa

El Yagán nació en Diprida, la oficina de innovación de la Armada, donde un equipo reducido, motivado y acostumbrado a hacer mucho con poco decidió transformar un bote Pumar en algo completamente distinto. Lo llenaron de sensores, cámaras, electrónica y un sistema de control cifrado capaz de operar desde tierra o desde un buque mayor.

El resultado: un USV robusto, estable, listo para realizar patrullajes, vigilancia costera, reconocimiento y misiones repetitivas que normalmente consumen horas de tripulación.

“Esto demuestra que no tenemos que esperar a que otros países hagan tecnología por nosotros”, comentaba una fuente naval durante la exhibición. Y ese es precisamente el punto: Yagán representa autonomía tecnológica, una palabra que empieza a volverse estratégica para Chile.

Un robot marino para un país marítimo

Con más de 4.000 kilómetros de costa, enormes áreas remotas y una creciente demanda de vigilancia marítima, Chile necesitaba una plataforma como ésta.

El Yagán no reemplaza a los buques ni a sus tripulaciones, pero sí les entrega una herramienta poderosa:
puede entrar primero a zonas riesgosas, puede vigilar sectores amplios sin cansancio, puede operar con mal clima cuando es mejor no arriesgar vidas,
y puede acompañar a unidades mayores como “escudero autónomo”.

Para una Armada moderna, eso no es futurismo: es eficiencia.

Un prototipo que se convirtió en promesa

Aunque la plataforma sigue en fase de pruebas —y todavía tiene ajustes por delante— la demostración dejó claro que el proyecto tiene piernas. En la institución ya se habla de integrarlo a la Escuadra Nacional, y de avanzar hacia una familia completa de vehículos no tripulados.

Hoy el Yagán es un bote, pero mañana podría ser un USV mayor, un catamarán autónomo, o incluso un sistema capaz de trabajar en conjunto con drones aéreos y sensores costeros.

Lo importante es que algo cambió: Chile ya no sólo compra tecnología naval; ahora empieza a producirla.

El primer capítulo de una historia más grande

En un mundo donde los océanos se llenan de drones, sensores inteligentes y redes de vigilancia autónoma, la Armada chilena acaba de dar un paso que la pone en sintonía con las tendencias globales.

El Yagán no es sólo un experimento exitoso.
Es una señal potente.
Un mensaje a la región y al país: Chile puede. Chile innova. Chile navega hacia adelante.

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