RUMORES DE OTRO ATAQUE DE ISRAEL A IRÁN

La nueva alerta llegó con el informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU del 3 de septiembre. Entre mayo y junio, el total de uranio enriquecido aumentó en 32,3 kg, pasando de 9.247,6 kg a 9.874 kg en todos sus niveles de enriquecimiento, que van del 3% al 60%.

Irán continúa enriqueciendo uranio más allá de lo necesario para fines civiles, reactivando un escenario que llevó a los ataques israelíes y estadounidenses con B-2 el 22 de junio, aunque ahora con cambios en sus alianzas regionales.

Según el informe de la Agencia Internacional de Energía Atómica (OIEA) del 3 de septiembre, el total de uranio enriquecido pasó de 9.247,6 kg a 9.874 kg entre mayo y junio, en niveles que van del 3% al 60%. Mientras el uranio al 3%-5% se usa en centrales nucleares, el enriquecimiento por encima de ese rango se considera de grado militar.

La preocupación crece con los 184,1 kg al 20% y los 3.055 kg en niveles intermedios hasta el 60%, que Irán utiliza para incrementar su stock de uranio al 60%, subiendo de 408,6 kg a 440,9 kg. Para fabricar una ojiva nuclear se necesitan unos 42 kg de uranio al 60%, por lo que estos números indican un programa nuclear activo.

Antes de los ataques de junio, se estimaba que Irán podía producir 9 kg mensuales al 60%. El aumento observado sugiere que su capacidad de procesamiento sigue intacta; fuentes occidentales citadas por Reuters calculan que podría haber sumado hasta 72 kg si hubiera mantenido todo su ritmo de producción. El incremento de 32,3 kg refleja que los ataques de junio tuvieron un efecto limitado.

China y Rusia, con el respaldo de Pakistán y Argelia, intentaron posponer seis meses la reinstalación de sanciones contra Irán, pero se activó el “snapback” de la Resolución 2231, que restablece automáticamente las restricciones. Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Alemania, Japón y otros cuatro países se opusieron.

El 23 de septiembre, Irán descartó cualquier negociación directa o mediada con Washington sobre su programa nuclear. Apenas tres días después, firmó un acuerdo de 25.000 millones de dólares con Rusia para construir cuatro nuevas plantas nucleares con Rosatom, capaces de generar 1.255 MW cada una, superando a la única central en operación del país, Bushehr, modernizada también con asistencia rusa.

La sincronía de los últimos eventos indica un apoyo creciente de Rusia al programa nuclear de Irán, que ahora dispone de más herramientas para desarrollar un capítulo militar bajo el amparo de su aliado. La presencia de técnicos rusos en Bushehr ya ha disuadido posibles ataques. Mientras Trump exige que Irán abandone cualquier enriquecimiento de uranio, Moscú lo considera un “derecho inalienable” para producir combustible nuclear, especialmente ante la futura demanda de sus nuevas plantas. China, sin fijar postura pública, tampoco ha respaldado esfuerzos para frenar el programa iraní.

El respaldo chino se materializa principalmente en lo económico: entre marzo de 2024 y 2025, Pekín comprará cerca del 90% del petróleo iraní, equivalente a 14.800 millones de dólares, más otros suministros como polímeros, minerales, químicos y alimentos. Esto asegura a Teherán liquidez para cumplir compromisos como el acuerdo nuclear con Rusia por 25.000 millones de dólares. Rusia e Irán, además, mantienen un comercio bilateral anual de 4.800 millones de dólares, que incluye desde drones y misiles hasta productos químicos y agrícolas, estrechando la dependencia mutua.

En el ámbito militar, China reforzó a Irán tras los recientes enfrentamientos con Israel. El 25 de junio, el ministro de Defensa iraní, Aziz Nasirzadeh, viajó a Qingdao para reunirse con sus pares de China y Rusia en la Organización de Cooperación de Shanghái. El acuerdo incluyó sistemas de defensa HQ-9B, radares, motores para drones y aviones Chengdu J 10C, además de 1.000 toneladas de perclorato de amonio, suficiente para producir 800 misiles.

Rusia, afectada por sus pérdidas en Ucrania, envió aviones Yak-130, helicópteros Mi-28 y prometió cazas Su-35 y sistemas S-400, aunque con entregas limitadas. La cooperación ha permitido a Irán lograr avances significativos en su tecnología misilística, en paralelo a progresos similares observados en Corea del Norte, reflejando un patrón de fortalecimiento militar bajo la tutela de Moscú y Pekín.

Las sospechas de una continuidad del plan nuclear iraní con fines militares pueden invocar otro ataque de Israel alegando un riesgo existencial. De hecho, hay rumores de un plan para ejecutar más ataques en las próximas semanas.

En las profundidades de la montaña Pickaxe en Irán, hoy podrían estar trabajando las centrifugadoras para obtener el uranio al 90% en cantidades suficientes para crear un arma nuclear. Nadie sabe en qué medida está sucediendo o que tan lejos están de lograrlo. La incertidumbre corroe aún más el ambiente. Una vez que Irán anuncie que tiene un arma nuclear la suerte estará echada.

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