Japón exhibe misil hipersónico móvil con capacidad de contraataque estratégico

Japón ha dado un paso decisivo hacia el desarrollo de capacidades ofensivas al presentar un nuevo sistema de misiles hipersónicos móviles, diseñado específicamente para eludir las defensas de los portaaviones chinos y poner en riesgo los activos nucleares estratégicos de Corea del Norte. Esta evolución tecnológica marca un giro significativo desde la tradicional postura defensiva del país hacia una doctrina de disuasión activa y capacidad de respuesta.
Según informó este mes Asian Military Review, durante los ejercicios Fuji Firepower 2025, la Fuerza de Autodefensa Terrestre de Japón (JGSDF) mostró por primera vez el Proyectil Guiado de Hipervelocidad (HVGP), un misil de ataque terrestre de alta maniobrabilidad desarrollado por Mitsubishi Heavy Industries. El programa se encuentra bajo supervisión de la Agencia de Logística y Tecnología Avanzada del Ministerio de Defensa japonés (ATLA), y forma parte del nuevo enfoque estratégico de Tokio ante las crecientes tensiones regionales.
Japón amplía su alcance estratégico

El programa del Proyectil Guiado de Hipervelocidad (HVGP), iniciado en 2018, alcanzó un hito clave con su primer lanzamiento exitoso a principios de 2024, realizado en un campo de pruebas en Estados Unidos. Su despliegue operacional, inicialmente previsto para más adelante, ha sido adelantado para el año 2026, reflejando la urgencia estratégica de Tokio ante el deterioro del entorno de seguridad regional.
El modelo HVGP Bloque 1, instalado sobre una plataforma táctica móvil 8×8, incorpora dos misiles de planeo con propulsión de combustible sólido encapsulados en contenedores. Esta primera versión cuenta con un alcance estimado de entre 500 y 900 kilómetros y es capaz de alcanzar velocidades superiores a Mach 5.
La hoja de ruta tecnológica incluye versiones más avanzadas: el Bloque 2A, proyectado para 2027, y el Bloque 2B para 2030, con alcances ampliados de 2.000 y 3.000 kilómetros, respectivamente. El HVGP integra sistemas de navegación inercial y por satélite, y cuenta con variantes especializadas: una para atacar objetivos navales mediante imágenes de radiofrecuencia y desplazamiento Doppler, y otra para objetivos terrestres, equipada con municiones explosivas de precisión. Ambas versiones están diseñadas para ejecutar maniobras evasivas a alta velocidad durante la fase terminal de vuelo.
Los planes de despliegue en las islas de Kyushu y Hokkaido confirman la orientación estratégica del sistema, apuntando a la disuasión frente a amenazas provenientes tanto del Mar de China Oriental como del norte del archipiélago. Paralelamente, Japón avanza en el desarrollo del misil de crucero hipersónico (HCV), propulsado por estatorreactor, como parte de una ampliación más ambiciosa de sus capacidades ofensivas.
En conjunto, estos proyectos forman el núcleo de la nueva estrategia de defensa japonesa, que busca garantizar su soberanía territorial y adaptarse a un entorno regional marcado por la creciente rivalidad militar en Asia-Pacífico.
Salto tecnológico ante la evolución del poder naval chino

Como parte de su estrategia para reforzar las capacidades de interdicción estratégica, Japón ha llevado a cabo recientemente la primera prueba nacional de su misil antibuque de corto alcance Tipo 88 y proyecta el desarrollo de una versión de largo alcance, el Tipo 12, con mayor capacidad ofensiva en escenarios marítimos.
Sin embargo, diversos analistas advierten que este tipo de armamento podría volverse insuficiente frente a la rápida evolución tecnológica del poder naval chino. En un artículo publicado en RealClearDefense en marzo de 2024, James Conway y Jerry McAbee sostienen que, hacia 2030, tanto los misiles de crucero subsónicos como los misiles balísticos supersónicos podrían quedar obsoletos frente a las capacidades defensivas de la Armada del Ejército Popular de Liberación (PLAN).
El arsenal actual de Japón —basado en misiles subsónicos y balísticos convencionales— presenta desventajas estructurales: los primeros, pese a su maniobrabilidad, ofrecen un mayor margen de intercepción; los segundos, aunque veloces, siguen trayectorias previsibles que pueden ser detectadas y neutralizadas con mayor facilidad. Estas vulnerabilidades explican el giro de Tokio hacia sistemas hipersónicos maniobrables, como el HVGP, capaces de penetrar defensas en profundidad a alta velocidad y con trayectorias impredecibles.
Este desafío queda aún más claro en el informe de diciembre de 2024 elaborado por Daniel Rice para el Instituto de Estudios Marítimos de China (CMSI), que describe cómo la estrategia de portaaviones del PLAN se apoya en un sistema de defensa en tres capas. Esta arquitectura permite a China operar con creciente autonomía y alcance en aguas profundas, dificultando aún más cualquier intento de interdicción con armamento convencional.
En este contexto, la adopción de tecnologías hipersónicas por parte de Japón no solo responde a una evolución armamentística, sino a la necesidad urgente de mantener su capacidad disuasiva en un entorno donde la superioridad naval china continúa consolidándose.
El giro hipersónico de Japón reconfigura el equilibrio estratégico

El despliegue de armas de ataque hipersónicas por parte de Japón representa un punto de inflexión en la arquitectura de seguridad del noreste asiático. Estas capacidades avanzadas ofrecen una disuasión convencional significativa frente a los grupos de combate con portaaviones de China y a la amenaza que representan las fuerzas nucleares dispersas de Corea del Norte.
Sin embargo, este salto tecnológico también conlleva riesgos considerables. La incorporación de sistemas ofensivos hipersónicos podría intensificar la carrera armamentística regional, aumentar las probabilidades de errores de cálculo estratégico y contribuir a una mayor inestabilidad en un entorno ya marcado por tensiones crecientes. En ese sentido, el avance japonés refleja tanto una necesidad defensiva como una fuente potencial de nuevos desafíos para la seguridad regional.
SANTIAGO DE CHILE. 20.16 hrs. 28 de junio de 2025
