La ministra al salir a desmentir al titular del Ejército, afirma que el presupuesto cubre las necesidades de oficiales y suboficiales, además de subrayar la recuperación de recursos tras la pandemia.
El 85% de la partida de defensa tiene que ver con el pago de las remuneraciones. Pero que no tiene sentido aumentar el presupuesto si no están llenos los cupos disponibles.
Antiguamente los soldados conscriptos eran 11 mil, luego bajaron radicalmente en la pandemia y hoy van subiendo para alcanzar los 6 mil.
De ahí se nutre la tropa profesional, la que no representa más que un 4% del total de los efectivos del Ejército.
El gobierno presentó un proyecto -aprobado hace unos días en comisión- para aumentar las asignaciones y beneficios a los conscriptos incluidas mejoras en atención de salud. Pero la tragedia de Putre generó un nuevo desincentivo para los reclutas.
Mientras la cartera de defensa contradice al Ejército, en la institución castrense aparentemente crece el malestar. En efecto, Prórroga del despliegue militar en el norte eleva disputa por el presupuesto de las FF.AA.,ya que a los uniformados de tierra se les está pidiendo entonces estado de excepción en el norte, estado de excepción en el sur, eventual protección también en la zona central o en la región metropolitana, el apoyo a las policías, pero no hay suficiente contingente para cumplir con esa misión o con esas tareas
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¿A quien creerle? y el Rearme Vecinal.
Mientras la opinión pública se divide respecto a quién creerle, si al Ejército o al gobierno civil, los hechos indesmentibles dicen relación con el rearme generalizado que han comenzado los tres países vecinos de Chile. Mientras en nuestro país, salvo adquisiciones menores y la botadura de un rompehielos en Asmar, no ocurren renovaciones significativas del material de guerra desde hace aproximadamente veinte años.