El Rearme Peruano en Clave Geopolítica: Autonomía Militar, Crisis Política y Riesgos Para Chile

El Perú enfrenta una paradoja estratégica: mientras su sistema político se encuentra en una crisis prolongada, con presidentes que rotan, congresos fragmentados y una erosión persistente de la confianza institucional; mientras su economía crece sin vigor, presionada por la informalidad y el estancamiento productivo; y mientras su seguridad interior es desbordada por redes criminales que controlan territorios, las Fuerzas Armadas avanzan en un proceso sostenido de modernización, profesionalización y reequipamiento.

En este contexto, el sector defensa peruano muestra continuidad estratégica, autonomía administrativa y estabilidad doctrinaria, rasgos que no comparten otros organismos estatales. El aparato militar ha logrado mantener sus planes plurianuales de equipamiento y desarrollo de capacidades, aun cuando los gobiernos civiles se suceden en crisis. El Estado peruano puede cambiar de liderazgo, pero los planes militares no cambian.

Debajo de la inestabilidad visible opera otra lógica. Mientras la administración civil se debilita, las Fuerzas Armadas han mantenido continuidad estratégica, disciplina institucional y visión de Estado. En un país donde los liderazgos cambian al ritmo de la crisis, la Defensa se ha convertido en una de las pocas áreas donde todavía existe planificación, coherencia y propósito.

En otras palabras, el Perú está construyendo una capacidad militar que sobrevive a su crisis política. La consecuencia es clara: la correlación estratégica en el Pacífico Sur comienza a transformarse. Quien no lo advierta, llegará tarde.


1. Autonomía Militar y Coherencia Estratégica

La política de defensa peruana ha consolidado una autonomía operativa y fiscal relativa. Si bien el presupuesto proviene del Estado, la gestión del gasto en defensa está blindada en parte de la disputa partidaria y del ciclo político inmediato.

Los factores que sustentan esta estabilidad son tres:

  1. Herencia de profesionalización pos-conflicto interno, que reforzó el rol técnico del estamento militar.
  2. Doctrina basada en la disuasión territorial, sostenida frente a amenazas interestatales y no convencionales.
  3. Acuerdos de largo plazo con socios industriales, especialmente Corea del Sur y Francia, que aseguran continuidad logística y técnica.

En este marco, la modernización militar peruana no es reactiva, sino planificada.


2. El Rearme Peruano: Un Proceso Integral

El Perú está modernizando simultáneamente sus tres ramas:

  • Fuerza Aérea: Mejoras en sistemas de radar, renovación parcial de medios de transporte y desarrollo de capacidades UAV.
  • Ejército: Adquisición de nuevos blindados, actualización de artillería y fortalecimiento de defensa antiaérea.
  • Marina: El proceso más profundo, estratégico y estructural.

Este último punto no debe subestimarse.


3. El Centro del Esfuerzo: La Reconstrucción del Poder Naval

El esfuerzo naval peruano constituye el núcleo estructural del rearme. La Marina de Guerra ha pasado de una lógica de compra de plataformas a una estrategia de construcción industrial propia, cuyo eje fundamental es la alianza con Corea del Sur.

Coproducción con Corea del Sur: El Programa HDS-1500

El proyecto de submarinos HDS-1500, desarrollado en conjunto entre SIMA y astilleros surcoreanos, representa:

  • Transferencia de conocimiento crítico en diseño naval.
  • Autonomía en mantenimiento mayor y ciclo de vida.
  • Capacidad industrial permanente, no dependiente de proveedores externos.
  • Inicio de un ecosistema tecnológico naval con proyección a exportaciones futuras.

Este programa es estratégico, no solo operativo. Marca el paso del Perú desde un usuario de sistemas navales a un productor y sostenedor de armamento naval complejo.

Además, se suman:

  • Construcción sostenida de OPV (Patrulleras Oceánicas).
  • Reforzamiento de astilleros y diques.
  • Proyectos para renovación futura de fragatas bajo modelo de coproducción.

En síntesis:

El poder naval peruano está siendo reconstruido desde la industria, no solo desde la adquisición.

Esta es la diferencia entre una modernización táctica y una apuesta geopolítica sostenida.


4. Seguridad Interior: La Vulnerabilidad del Estado Peruano

Mientras las Fuerzas Armadas se fortalecen, el sistema de seguridad pública está en crisis. La Policía Nacional carece de recursos, coordinación y control territorial. El crimen organizado domina economías ilegales como:

  • Narcotráfico andino
  • Minería ilegal aurífera
  • Extorsión urbana en Lima, Trujillo y Arequipa
  • Trata de migrantes y tráfico de armas

Es decir, el Perú se rearma hacia afuera, pero se desangra hacia adentro.


5. Implicancias para Chile: El Riesgo no es el Conflicto Convencional

La frontera terrestre Chile–Perú es corta y controlable (169 km). El peligro no proviene del norte directo, sino del corredor delictual Perú–Bolivia–Chile, donde:

  • La frontera boliviana es extensa y porosa.
  • Existen redes consolidadas de narcotráfico y contrabando.
  • Los controles estatales son débiles o capturados.

Por tanto:

El principal riesgo para Chile no es el poder militar peruano, sino el avance del crimen transnacional desde Bolivia.


6. Guerra Híbrida como Escenario Probable

El escenario estratégico más plausible no es la guerra abierta, sino una competencia híbrida prolongada, caracterizada por:

  • Presión narrativa e identitaria
  • Disputa marítima y logística
  • Incremento de espionaje, ciberintrusión e inteligencia operacional
  • Expansión de redes criminales transfronterizas
  • Escaramuzas controladas o incidentes escalables

Las guerras híbridas no se declaran: se ejecutan.

Pero pueden derivar en enfrentamientos clásicos, localizados y rápidos, especialmente:

  • En zonas limítrofes
  • En corredores logísticos estratégicos
  • En espacios marítimos

7. Conclusión: La Disuasión Retorna al Pacífico Sur

El Perú está reconstruyendo poder naval estructural. Chile mantiene superioridad doctrinaria y de control del espacio marítimo, pero el equilibrio es dinámico. La región está ingresando nuevamente en una etapa de disuasión activa, donde las capacidades importan tanto como la percepción de voluntad estratégica.

El conflicto más probable será híbrido.
El más peligroso: un choque breve pero decisivo por cálculo erróneo.

La clave para Chile no es alarmarse.
Es entender, anticipar, y preparar.

SANTIAGO DE CHILE NOVIEMBRE 2025

About admin

Check Also

Pedro Varela, candidato del gobierno para comandar el Ejército, desafíos vecinales y presupuestarios

El general de división Pedro Varela se perfila como el principal candidato para asumir el …

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *