Hace dos meses, el presidente Joe Biden marchó por Europa, insistiendo repetidamente en que “Estados Unidos ha vuelto; Estados Unidos está comprometido”. Los aliados querían creerle. Luego vino la retirada caótica en afganistán la que muchos consideran una debacle.
En vez de renovarse la confianza en el liderazgo estadounidense, la confianza europea en la relación transatlántica se ha derrumbado. Estados Unidos fracasó en absoluto en coordinar su decisión de marcharse con sus socios en Afganistán. Los europeos resultaron sorprendidos, luchando por descubrir cómo proteger y sacar a sus ciudadanos y al personal local.
Miles de afganos ya han huido de su país en los últimos días. La mayoría se ha dirigido hacia Pakistán o Irán. Pero sin duda muchos otros intentarán llegar a Europa. Los europeos se enfrentarán entonces a un doble problema: más migración no regulada y mayores riesgos para la salud debido a la pandemia. Los europeos también temen un resurgimiento del terrorismo islamista.
El presidente francés, Emmanuel Macron, se preocupó públicamente por los riesgos de seguridad de la migración afgana mientras se encontraba en Alemania, donde se acercan las elecciones federales.
En Italia, una nación repleta de refugiados hace seis años y fuertemente golpeada por el coronavirus, ha estallado la confusión dentro de la coalición de partidos que gobiernan el país. El fundador del Movimiento 5 Estrellas de Italia, el actor notoriamente pro-China Beppe Grillo, por ejemplo, publicó un artículo en su blog criticando ferozmente a Estados Unidos sobre el desastre afgano.
Grecia también se ha visto afectada por una fuerte aprensión de otra crisis de refugiados.
“Estamos diciendo claramente que no seremos ni podemos ser la puerta de entrada a Europa para los refugiados y migrantes que podrían intentar llegar a la Unión Europea”, dijo el ministro de Migración griego, Notis Mitarachi.
Además de las preocupaciones sobre el impacto en Europa, las preocupaciones sobre el liderazgo de Biden se han disparado.
Después del discurso del 16 de agosto de Biden a los estadounidenses tratando de explicar la debacle afgana, Josep Borrell, Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores, describió algunas de las afirmaciones fácticas de Biden como “discutibles” y caracterizó la situación en Afganistán como “una catástrofe”.
Borrell ha exigido a la UE que desarrolle su propia capacidad militar, por lo que ya no tendrá que depender de EE.UU.
Armin Laschet, líder de la Unión Demócrata Cristiana de Alemania, describió la crisis afgana como “el mayor error de la OTAN”, mientras que la canciller Angela Merkel calificó la caída de Kabul de “amarga, dramática y aterradora”. Claramente, la relación de confianza entre la Casa Blanca y los países europeos se ha debilitado.
Para la próxima cumbre del G20 de septiembre, el primer ministro italiano, Mario Draghi, y apunta a destacar dos cuestiones: la estabilización de Afganistán y la posible crisis migratoria.
COMENTARIO DE LA REDACCIÓN
“Estados Unidos Ha Vuelto”
Sin el liderazgo estadounidense, los europeos están ahora a la deriva en la política futura. Bruselas ciertamente no tiene una estrategia clara sobre Afganistán.la UE suspendió temporalmente su ayuda al desarrollo a Kabul; por otro lado, Borrell pidió un “diálogo” con los talibanes.
Europa se preocupa por el terrorismo y la migración en un contexto de pandemia.
La preocupación europea es explicable. El enfoque centrado en los poderes blandos de la UE sin poder confiar en el aliado del otro lado del Atlántico, puede resultar altamente insuficiente.
Hace dos meses, los medios de comunicación europeos y los líderes políticos que habían sido hostiles a Donald Trump celebraron a Joe Biden y su retórica de “Estados Unidos ha vuelto”. Ahora, se acabó la celebración.
FUENTE: www-19fortyfive-com
VIDEO: BBC
IMÁGENES: Expansión.com,cien-radios.ar