Mucho se ha hablado de los aspectos geoestratégicos y militares de la guerra proxy que se libra sobre territorio ucraniano entre la OTAN y Rusia. Pero muy poco se habla de los objetivos geoeconómicos de esta contienda, al cumplirse una año del inicio de las hostilidades abordaremos con falta de perspectiva histórica y con la inmediatez de la crónica ciertas teorías especulativas que van tomando cuerpo y están creciendo acerca de los Objetivos Geoeconómicos de la Guerra:
Objetivos geoeconómicos estadounidenses
Respecto a los Estados Unidos y la OTAN, más allá de una retórica idealista que me atrevo a calificar de neo-willsoniana, los objetivos de los Estados Unidos y el resto de la OTAN, al menos en territorio europeo, no son de contención sino que de expansión. Desde el 12 de marzo de 1999, hasta el 12 de marzo del 2020 catorce países se han incorporado a la OTAN en dirección a las fronteras rusas. Lo anterior no hizo más que potenciar la casi milenaria mentalidad rusa de fortaleza asediada.
En el caso de los Estados Unidos los objetivos políticos generalmente vienen de la mano con objetivos geoeconómicos de controlar el comercio mundial a través del control de divisas o sanciones .Los objetivos geo económicos de los Estados Unidos en esta guerra se pueden colegir de las orientaciones de las sanciones económicas implementadas contra Rusia y de sus consecuencias.
Claramente, existe un intento estadounidense de terminar con cualquier interdependencia económica entre Europa y Rusia. Logrando que Europa sea cada vez más dependiente de la Tecnología y de los recursos naturales estadounidenses, los gasíferos por ejemplo, estableciéndose un monopolio de facto o un neomercantilismo justificado en un ideologismo humanitarista.
La cancelación de Rusia en el marco de una potencial o real guerra caliente pretende desacoplar a Rusia de tecnologías de vanguardia que la potenciarían en cualquier carrera armamentista.
La eventual quiebra de Rusia debe conducir a un cambio de régimen, en el contexto de esta guerra Joe Biden dijo a título personal que Vladimir Putin debía ser derrocado. Un régimen más afín en Rusia no se opondría al modelo de globalización unipolar y contribuiría a aislar a China, país con el que comparte una inmensa frontera terrestre.
El objetivo supremo declarado es expandir una ideología liberal y de libre mercado, pero en el mejor de los casos se busca una Rusia dependiente, tal como hoy lo es Europa, en el peor, una balcanización disfrazada de una intensa federalización que neutralice al país más grande de la tierra y con gran influencia el corazón de la isla mundial.
Consiguiendo estos objetivos, se socava la fortaleza euroasiática, y se aísla y se cerca y acorrala a la superpotencia rival, la República Popular China.
Objetivos euroasiáticos. Una tesis especulativa
Con la falta de perspectiva histórica, más bien con la inmediatez de la crónica, e intentando realizar prospectiva; tratar de desentrañar los motivos que conducen hacia la potencial Guerra Mundial implica realizar ejercicios especulativos que rayan en las teorías de la conspiración.
Tanto observadores pan-eslavistas como atlantistas, han desarrollado especulaciones sobre causas ocultas y/o mediatas acerca del origen del conflicto que escala hacia el conflicto bélico mundial.
En efecto, resulta difícil por ahora y tal vez lo seguirá siendo en el futuro, el distinguir si en el caso de Rusia hubo victimario o víctima propiciatoria o si en esta guerra solamente hubo un invasor y un invadido, o también hubo inductor.
Las tesis más recurrentes y la mayoría de los analistas especulan que Putin invadió Ucrania para evitar la expansión de la OTAN hasta la frontera con Rusia. Se sintió cada vez más amenazado por un régimen político en Kiev, cada vez más pro-estadounidense, formado a raíz de lo que se percibe como un golpe de estado blando o revolución de colores, respaldado y quizás inspirado por el gobierno de Barack Obama en 2014, y que a la larga podría ser el catalizador de la balcanización de Rusia bajo el disfraz de una intensiva y progresiva federalización. Algunos llegan a sostener que Rusia se adelantó al ataque de las fuerzas armadas de Ucrania por un mes.()
Las operaciones militares rusas comenzaron a pesar de la estrategia de disuasión económica implementada por Estados Unidos y sus aliados menores.
¿Qué pensaron Vladimir Putin y Xi Jinping que harían las naciones occidentales en respuesta a la invasión rusa de Ucrania? A la luz de lo acontecido el 4 febrero de 2022 día en que China y Rusia emitieron una declaración conjunta, la invasión de Ucrania por parte de Rusia habría contado con cierta tolerancia tácita y anticipada de China(). Siguiendo con este supuesto, los líderes euroasiáticos convinieron que el más probable es que Estados Unidos y la Unión Europea se negarían a sumarse a una guerra contra la mayor potencia nuclear del mundo. Por tanto, se limitarían a enviar ayuda militar, imponer sanciones económicas y, como mucho, excluir a Rusia del sistema financiero SWIFT.
Siguiendo con este ejercicio especulativo, es posible que Rusia y China no solo hayan predicho este resultado, sino que también hayan querido que este resultado exacto sucediera porque su objetivo final no era simplemente anexar Ucrania. Su objetivo final siempre ha sido desplazar a los EE. UU. en la cúspide de la pirámide global y, por lo tanto, terminar con el papel del dólar como moneda de reserva global.
Durante el siglo XXI, China y Rusia de manera persistente han buscado reducir el uso del dólar estadounidense o “desdolarizar” sus economías, en un esfuerzo por proteger sus economías de las sanciones estadounidenses, reducir la exposición a los efectos de las medidas económicas y monetarias estadounidenses y afirmar el liderazgo económico mundial.
¿Por qué ahora?.
Para los teóricos de la tesis de la estrategia de la desdolarización mundial, Putin eligió invadir ahora porque EE. UU. y la UE serían incapaces de implementar una respuesta potente al final del ciclo global de deuda a largo plazo cuando sus economías enfrentaron niveles récord de deuda, la inflación más alta en 40 años y la escasez de la cadena de suministro fomentada por las políticas
Todo esto está sucediendo en las últimas etapas de lo que para algunos economistas se trata del ciclo de la deuda a largo plazo con una presión extrema de dinero.
Según estas tesis Rusia optó por invadir Ucrania cuando la deuda del gobierno de EE. UU. superó los 30 billones de dólares por primera vez y la Reserva Federal se enfrenta a un máximo de 40 años de inflación que coincide con el final del ciclo de la deuda a largo plazo.
Teniendo presente que la economía rusa depende en gran medida del precio del gas, el petróleo y las materias primas, Putin puede haber evaluado tácticamente que el mercado mundial se encuentra en el giro de un superciclo de materias primas (las materias primas aumentan de precio y están históricamente infravaloradas frente a las acciones), y estimó que su economía podría manejar las sanciones si las operaciones militares invasión conducían a un aumento de precios en los productos básicos de los que depende su país.
Las fuertes sanciones financieras que ha planeado EE. UU., incluida la “opción nuclear” de desconectar a los bancos rusos del sistema internacional de pagos SWIFT, podrían convertir a China en el banquero de Rusia, lo que le permitiría obtener grandes ganancias y expandir el uso internacional de su moneda. Un paso más en la consecución del objetivo chino de desdolarización de la economía internacional.
Para EE. UU., un eje financiero ruso-chino fortalecido es el peor resultado posible de la crisis de Ucrania, mucho más que una alianza militar de facto, al menos en el corto plazo.
En el comercio mundial, poseer la divisa utilizada en las transacciones comerciales internacionales constituye un objetivo central para una potencia con aspiraciones hegemónicas geopolíticas y geoestratégicas, baste recordar los combates entre los galeones españoles y los corsarios ingleses por retener o captura el oro americano que se transportaba hacia Europa .El control del sistema internacional de pago es un eficaz instrumento al servicio de determinados objetivos geoestratégicos, es por ello que el poseer y controlar a La divisa predominante expresa a la potencia hegemónica.
Como consecuencia, según esta tesis, la invasión de Ucrania tendría como objetivo final de provocar una mayor inflación en Occidente, aumentar el costo de los alimentos y la energía y acelerar el proceso global de desdolarización, todo en pos de una nueva construcción geopolítica de carácter multipolar donde las potencias desafiantes CHINA Y RUSIA aumentarían su poder relativo frente a la declinante potencia hegemónica…, los ESTADOS UNIDOS.
Santiago de Chile 24-02-2023
MANUEL DURÁN
DIRECTOR
PODERGEOPOLITICO.COM