El New Start [Tratado de Reducción de Armas Estratégicas], que entró en vigor en febrero de 2011 por un periodo de diez años y limita el tamaño de los arsenales nucleares de Estados Unidos y Rusia a 1.550 cabezas nucleares desplegadas y 700 lanzadores estratégicos, se prorrogó en el último minuto por otros cinco años, gracias a una cláusula de su artículo XIV. Hasta entonces, su destino había estado en suspenso, ya que la administración del presidente Trump había tratado de involucrar a China.
Se trata del último tratado de control de armas en el que participan Rusia y Estados Unidos, ya que los tratados de Fuerzas Convencionales en Europa [FACE] y de Fuerzas Nucleares Intermedias [INF], así como el llamado de “Cielos Abiertos”, fueron sucesivamente denunciados tanto por Moscú como por Washington.
Ahora, con la guerra en Ucrania, el Tratado de Nuevo Comienzo se encuentra en una mala situación.
En agosto de 2022, Rusia ya había anunciado que todos sus emplazamientos militares susceptibles de ser sometidos a inspecciones en virtud del tratado quedarían “temporalmente exentos”, alegando dificultades para obtener visados para que sus inspectores visitaran Estados Unidos.
Tampoco era concebible que el Estado Mayor ruso permitiera a los inspectores estadounidenses acceder a emplazamientos sensibles, precisamente por el apoyo militar de Estados Unidos a Ucrania.
“El control de armamento [nuclear] no puede aislarse de las realidades geopolíticas. [Por lo tanto, en las circunstancias actuales, consideramos injustificado, inapropiado e impropio invitar a los militares estadounidenses a nuestras instalaciones estratégicas”, declaró recientemente Anatoly Antonov, embajador de Rusia en Estados Unidos.
Sin embargo, el 21 de febrero, el presidente ruso Vladimir Putin asestó un nuevo golpe al New Start… Y no está claro que vaya a recuperarse. En un discurso decididamente ofensivo, pronunciado tres días antes del primer aniversario de la guerra en Ucrania, el jefe del Kremlin anunció que Rusia suspendería su participación en el tratado.
En primer lugar, Putin justificó la “operación especial” [que acabó llamando “guerra”] en Ucrania.
“Estábamos abiertos, dispuestos a un diálogo constructivo con Occidente. Insistimos en que debe haber un sistema de seguridad igual para todos. Durante mucho tiempo propusimos esta asociación”, afirmó. “Pero la respuesta ha sido una reacción confusa [con] la expansión de la OTAN a nuestras fronteras, la creación de nuevos emplazamientos de despliegue de misiles [en realidad, sistemas antimisiles AEGIS Ashore en Polonia y Rumanía], la llegada de contingentes militares a la frontera de Rusia”, prosiguió.
Además, acusó el presidente ruso, “ellos son los que empezaron esta guerra y nosotros utilizamos la fuerza para detenerla”. Los que habían planeado un nuevo ataque en Donbass y Luhansk planeaban atacar Crimea, Sebastopol, y lo comprendimos”.
A continuación, el líder del Kremlin explicó a su audiencia que, al “utilizar” el conflicto en Ucrania, las “élites occidentales” intentaban “infligir una derrota estratégica a Rusia”. Pero, prosiguió, “cuantos más sistemas de largo alcance suministre Occidente a Ucrania, más se verá obligada Rusia a llevar la amenaza a sus fronteras”. Insistió: “Ni siquiera se dan cuenta de que en el campo de batalla es imposible vencer a Rusia, y por eso llevan a cabo ataques informativos cada vez más agresivos contra nosotros”.
Además, tras acusar a Occidente de haber ayudado a Ucrania a modernizar drones para atacar bases estratégicas rusas, Putin se vio “obligado” a suspender la participación de Rusia en el tratado New Start. Y de paso atacó a la OTAN, sugiriendo que también debería formar parte de ella.
“En la OTAN, Estados Unidos no es la única potencia nuclear”, señaló el presidente ruso. “Francia y Gran Bretaña también tienen arsenales nucleares, los están mejorando, modernizando y están dirigidos contra nosotros”, continuó. No es la primera vez que Moscú trata de asociar a París y Londres con el tratado New Start, ya que en agosto de 2021 formuló una “exigencia” de este tipo.
NOTA DE LA REDACCIÓN
¿Otro Tratado Más?
Putin también insinuó que Rusia podría denunciar el Tratado de ProhibiciónCompleta de los Ensayos Nucleares [CTBT], que firmó y ratificó en junio de 2000 [mientras que Estados Unidos se abstuvo de hacerlo].
“Por supuesto, no lo haremos antes. Pero si EE.UU. hace pruebas, entonces lo haremos nosotros. Nadie debería hacerse ilusiones peligrosas de que se puede destruir la paridad estratégica mundial”, afirmó.
Santiago de Chile 23 de febrero de 2023
Fuentes Galaxia Militar, Sputnik news
Imágenes RIA NOVOSTI