Desde su firma en septiembre de 2021, el acuerdo AUKUS, cuyo objetivo es dotar a la Marina Real Australiana de submarinos nucleares , ha generado polémica en múltiples ocasiones.
En algunos sectores de la opinión pública existe gran indignación por lo que llaman el “astronómico” precio del proyecto: 368.000 millones de dólares australianos (249.100 millones de dólares), que se gastarán en las próximas tres décadas. Además, desde su suscripción original se han introducido muchos cambios.
En efecto, según un acuerdo AUKUS revisado, si algún país determina que el pacto compromete sus respectivos programas de submarinos nucleares, podría retirarse del acuerdo sobre submarinos con apenas un año de aviso, informó ABC News.
El artículo 1 del tratado estipula que , Estados Unidos y el Reino Unido están autorizados a transferir “material y equipo relacionado con submarinos de propulsión nuclear y con armamento convencional a Australia” siempre que no exista un “riesgo irrazonable” para su seguridad y defensa.
Siguiendo esta línea argumental el tratado prescribe que el acuerdo puede quedar anulado si perjudica materialmente la capacidad de los países socios para “cumplir sus respectivos requisitos militares” o socava sus “respectivos programas de propulsión nuclear naval”. “Un gobierno puede interrumpir su participación en este acuerdo antes de tiempo y, en tal caso, debe notificar por escrito a los demás gobiernos su intención de hacerlo con un año de antelación”, dice el acuerdo. Los críticos lo han calificado como una “cláusula de escape” que permite a Estados Unidos y el Reino Unido abandonar el acuerdo a su antojo.
Los críticos han argumentado que esto implica efectivamente que, incluso después de invertir miles de millones de dólares de los contribuyentes en la adquisición de submarinos, los otros dos países pueden salir del acuerdo en cualquier momento, dejando a Australia sin submarinos en absoluto.
Una ola de indignación en todo el espectro político. Tras la presentación del acuerdo renovado, el senador de los Verdes David Shoebridge dijo: “Se trata de una apuesta de 368.000 millones de dólares con el dinero de los contribuyentes del gobierno de Albanese (el primer ministro australiano, Anthony Albanese)”.
A lo anterior se suman críticas en relación a que incluso algunas de las justificaciones más meditadas del AUKUS son, en última instancia, inverosímiles, ya que ignoran amenazas reales e inmediatas al tiempo que inflan la importancia de peligros improbables que Australia poco puede hacer por abordar. Al parecer, los entusiastas de AUKUS se preparan para la guerra equivocada.
Santiago de Chile 15 de agosto 2024