AUKUS CON PROBLEMAS DE FLOTACIÓN

Los defensores australianos del AUKUS __el pacto tecnomilitar angloestadunidense del Indo -Pacífico para confrontar a China__, parecen estar desconcertados. Su defensa del peor acuerdo del siglo es poco convincente.

Han pasado ya tres años desde el anuncio de AUKUS. A medida que pasa el tiempo, las críticas se vuelven cada vez más estridentes a medida que se cristalizan los diversos riesgos que conlleva. Ha sido criticado por muchos, incluidos ex primeros ministros, ministros y varios autores especializados en Defensa.

Tres años después, todavía no hay argumentos convincentes, estratégicos o de otro tipo, para que Australia adquiera ocho submarinos de propulsión nuclear de la clase Virginia (SSN). Tampoco hay ningún cálculo convincente de la gran cantidad de fondos (368.000 millones de dólares y más) que absorberá el programa.

Además, Australia, el Reino Unido y los Estados Unidos compiten por una fuerza laboral en declive incapaz de satisfacer las necesidades actuales del Reino Unido y los Estados Unidos, y mucho menos de ofrecer una nueva plataforma para Australia.

El programa Astute de la Marina Real Británica lleva décadas de retraso y un submarino que le siga sigue siendo una quimera, literalmente. Y que la Marina estadounidense duplique efectivamente su ritmo de producción de submarinos para cumplir con sus propios planes de desarrollo de fuerzas, por no mencionar la cola de submarinos de reserva inactivos o en espera de mantenimiento en depósito, es, en el mundo de las metáforas mixtas, un paso demasiado lejos.

Por su parte, el Servicio de Investigación del Congreso de Estados Unidos publicó un estudio sobre el proyecto AUKUS. Se trata de un documento fascinante y esclarecedor que ofrece advertencias plausibles contra suposiciones inverosímiles sobre el proyecto AUKUS. A fines de 2023, Estados Unidos tenía 48 SSN en servicio, de los cuales 21 eran de la clase Virginia, frente a un objetivo de fuerza de SSN de 66 buques operativos. Al mismo tiempo, 16 barcos, aproximadamente un tercio de la fuerza de SSN, estaban esperando mantenimiento en el depósito.

En consecuencia, de la fuerza de submarinos prevista, la Armada de los Estados Unidos tiene un déficit efectivo de 18 submarinos de la clase Virginia. Este déficit, debido a una combinación de factores que incluyen un número insuficiente de trabajadores, limitaciones de instalaciones en los astilleros y problemas en la cadena de suministro, no se cubrirá hasta 2054. Este lejano nivel de fuerza objetivo no incluye la provisión para los tres a cinco (!) submarinos asignados a Australia, y ninguno para los submarinos que deben completar un complemento de ocho. Es difícil, además, ver cómo el Reino Unido cubrirá sus propias necesidades de reemplazo de submarinos en ese período de tiempo, dadas las cuatro décadas que ya ha tardado en entregar siete de los ocho submarinos de la clase Astute, con cinco de esos siete actualmente en espera de mantenimiento.

El mayor peligro para AUKUS  no es  el Ministerio de Seguridad chino,  ni la falta de una base política plausible, sino que las contradicciones internas, conceptuales, financieras y tecnoindustriales  entre los miembros del mencionado pacto.

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